Cuando la censura produce el efecto contrario

Seguramente recuerden que hace unas semanas nos enteramos de varios casos de censura de libros en escuelas de nuestro país. Parece irrisorio, pero es real: aún existe la censura. Incluso esta censura pública y concreta de libros y de autores de calidad que, luego de ser censurados... ¿nos dan más ganas de leer? A continuación nos metemos de lleno a reflexionar sobre el impacto de las prohibiciones culturales en nuestras elecciones cotidianas.


Canelones de Hernán Casciari


Hernán Casciari es un escritor al que muchos conocimos leyendo cuentos en alguna columna de radio, o en el teatro, o a medianoche en un noticiero de la tele de aire. 

Autor de novelas y de muchísimos cuentos, Casciari fue noticia por la censura que tuvo su cuento “Canelones” en una escuela pública de la provincia de San Juan. El cuento, que habla de bromas telefónicas de dos adolescentes, le costó el puesto de trabajo al docente que lo llevó al aula, por tener  “vocabulario impropio” y "escenas pornográficas”.


Podés leerlo completo acá.


Un cuento que  nos interpela y nos moviliza, no por el uso de palabras “obscenas”- tan usuales entre los jóvenes -  que, sin lugar a dudas, no son centrales en el cuento. Lo central en esta historia es otra cosa, la provocación viene por otro lado. Tal vez incomoda ver las consecuencias que pueden traer los juegos cuando involucran a personas que no están jugando, o las consecuencias de engañar, de mentir, de dejarse llevar y de sobrepasar los límites. En este breve cuento se aborda -si se quiere- una cuestión ética. ¿Qué más apropiado para trabajar en la escuela, con adolescentes?


Cometierra de Dolores Reyes



Fotografía extraída de www.diarioeltiempo.com.ar

Otro caso de censura tuvo lugar en una escuela religiosa de la provincia de Neuquén, en la que un docente de literatura llevó a las aulas la novela “Cometierra”, de Dolores Reyes, para abordar con sus estudiantes algunos ejes de la Ley de Educación Sexual Integral.


Las familias denunciaron que el libro contiene “escenas sexuales” y “lenguaje inadecuado”, acusación con la que coincidieron autoridades educativas de la provincia, que denominaron a “Cometierra” como “material de lectura pornográfico”. 

Por su parte, el docente aclaró que pretendía trabajar temáticas que interpelaran a los estudiantes, como los vínculos familiares, la violencia de género, las sexualidades, etc. En línea con la postura del docente, sus estudiantes coincidieron en que la acusación parece “una broma”, ya que está “totalmente fuera de contexto”.

¿De qué trata “Cometierra”? Cuenta las experiencias de una adolescente que come tierra para tener visiones sobre chicas que están desaparecidas.



Prohibición del lenguaje no binario


Si bien estos dos casos recientes transcurrieron en el interior de nuestro país, no son casos aislados. Basta con mirar al centro, a la Ciudad de Buenos Aires, en donde recientemente el Ministerio de Educación de la ciudad publicó una resolución en la que prohíben el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas públicas y privadas de los tres niveles, tanto dentro del aula como en las comunicaciones institucionales.


El lenguaje inclusivo, acusado de obstaculizar el aprendizaje de la lengua, es víctima del uso político que los gobiernos hacen y deshacen, según sus conveniencias.

¿Qué generó este anuncio oficial? Como era de esperarse, provocó que se debata, con más fuerza aún, el uso del lenguaje en todas las aulas. Y tuvo, como contrapartida, una respuesta judicial iniciada por la FALGBT+, en la que se pide al gobierno porteño que declare como inconstitucional esa medida, dado que discrimina y viola la libertad de expresión y el derecho a la identidad.


¿Hasta dónde?




Otro ejemplo de censura pudimos ver con el estreno de la película animada “Lightyear”, que fue prohibida en muchos países, o fue transmitida, pero con la advertencia de que contiene “ideología de género".


La película cuenta la historia del origen de Lightyear, personaje tan querido de la película “Toy Story”. ¿Y qué es lo que generó tanta alarma? La polémica surgió por una escena breve -y sin relevancia en la historia-, en la que dos mujeres se besan en la boca.


La censura de libros, de películas y la prohibición del uso del lenguaje inclusivo, parece una ironía pero podemos comprobar cómo provoca el resultado contrario a lo que busca. De hecho, tanto “Canelones” como “Cometierra” están siendo adaptadas al formato audiovisual. De esta manera, seguramente lleguen a muchas más familias, a otros lugares, a todo el mundo.


¿Ustedes cómo viven estas noticias? ¿no les dan ganas de googlear “Canelones”, de conocer a Dolores Reyes, de usar más que antes el “chiques”, de ir a ver la película de Buzz?


Nos preguntamos si sería correcto ejercer una censura “sana” hasta la mayoría de edad, porque el contenido no nos resulta adecuado. ¿Hay que ofrecer de todo? ¿hay que intervenir y “censurar” un consumo, si no es “apropiado” para la edad? ¿Qué temáticas no son apropiadas, qué palabras nos parecen obscenas? ¿por qué? Nos preguntamos. ¿Puede ser que el mismo libro que nos alarma, lo haga por los juicios y prejuicios de la adultez?


La literatura se caracteriza por contener muchos significados y ambigüedades. Tanto es así, que hay quienes dicen que no hay dos personas en el mundo que hayan leído el mismo libro.

Puede pasar, entonces, que ese libro que apartamos por “perturbador” no lo sea necesariamente para otra persona, independientemente de su edad.


Graciela Montes, referente indiscutida de la literatura infantil y juvenil en toda América Latina escribió en su libro El corral de la infancia (México, Fondo de Cultura Económica, 2001):


“La fantasía es peligrosa, la fantasía está bajo sospecha: en eso parecen coincidir todos. Y podríamos agregar: la fantasía es peligrosa porque está fuera de control, nunca se sabe bien adónde lleva.

Estoy convencida de que, en esta aparente oposición entre realidad y fantasía, se esconden ciertos mecanismos ideológicos de revelación/ocultamiento que les sirven a los adultos para domesticar y someter (para colonizar) a los chicos."

 

Tal vez no haya promoción de la lectura más eficiente que la que resulta de la prohibición y la censura. Aprovechamos, por lo tanto, a tentarlos con estas joyitas que por alguna oscura razón algunas personas no quieren que conozcamos.


Vero S.: bibliotecaria Amante de LIJ🌸.


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