Costumbres de otro planeta, un libro para la generación que creció con Alf.


Hace unas semanas llegó a mis manos Costumbres de otro planeta de Maia Debowicz, editado por Muchas Nueces. Nunca vi un solo capítulo de Alf, y sin embargo la narrativa de Maia me cautivó. Esta no es una autobiografía. Es una serie de reflexiones que entrelazan la historia personal de la autora con una serie que marcó una época.

En Alf, un extraterrestre se convierte en el catalizador de una reflexión profunda sobre la naturaleza humana. Maia utiliza este personaje para explorar cómo la ficción puede servirnos de espejo, transportarnos y acompañarnos a lo largo de nuestras vidas, incluso en la niñez. Es a través del extrañamiento y la desnaturalización de lo cotidiano que la autora desarma y examina nuestra propia humanidad. Y nos guía en un constante vaivén entre la ficción y su realidad.

A continuación, les comparto el prólogo del libro, escrito por Santiago Loza, quien ofrece una introducción a estas narrativas. ¡Que lo disfruten!


Prólogo

Santiago Loza

El libro de Maia tiene un efecto contagioso: nos invita a revivir una y otra vez aquello que ya conocimos, a redescubrir un relato que teníamos incorporado para convertirlo en amuleto, en hechizo contra los malos tiempos. Quisiera invitar a lxs lectorxs a la aventura que ofrece Maia en este libro brillante, y a compartir el encantamiento de la niña sentada frente a la luz, riendo.

En estas páginas se narra la historia de una criatura monstruo del espacio, pero también el recorrido de una mujer que crece y encuentra, en ese programa semanal, una forma de consuelo ante una vida que no pareciera ofrecer demasiados motivos de dicha. Maia habla en nombre de quienes no tuvimos ese paraíso al que llaman infancia, lxs que atravesamos ese tiempo como una zona de guerra que, aun en su lejanía, nos ha dejado esquirlas en la memoria y marcas en el cuerpo. Las formas de la ficción, sus lenguajes y sus códigos, serán las armas de resistencia.

Maia cuenta la historia de la familia que recibe a ALF y, al lado de ellxs, emerge su propia historia, la de una hija que le envia mensajes cifrados a su madre a través de las películas que mira. Lo que no se puede decir se dice en el intercambio de los VHS. ALF inaugura, entonces, una manera de comunicar, funda un nuevo lenguaje, un alfabeto para entender el mundo. Al hablar de ALF, la autora reflexiona sobre aquello que la televisión ha construido en nuestra memoria, el poder indeleble de los recuerdos, todo lo que pudimos inventar. Maia dice: "las cosas que me mantuvieron a salvo".

ALF es la versión irónica del extraterrestre tierno. Y Maia descubre en ese humor una insolente supervivencia. En ese mundo de cartón, hay una salida posible.

En este libro aparece retratado el paisaje de los años noventa, el viaje a Disney con susto incluido, el terror a las cucarachas, la imposibilidad del padre de calmar ese hueco, la tensión permanente con lo extraño, y el límite difuso entre lo real y lo otro. En definitiva, este libro es un tributo al amigo imaginario, a la posibilidad de ser amiga de lo raro, al derecho pleno a esa rareza.

Maia repasa con detenimiento la trama de los capítulos de ALF y, entonces, este texto se vuelve también un material de consulta, como se puede consultar La Biblia o el I-Ching, un viaje directo al centro emotivo de la infancia. ALF es nuestro oráculo: un títere de pelo y goma que puede burlarse de lo importante, hacer una ofrenda con lo precario, invitar a la risa con su voz rasposa.

Esta es, además, una biografía televisiva que nos muestra los trucos de la magia, las puertas secretas del set. Y una vez que aceptamos los trucos, lejos de la desilusión, nos asombramos. Al entender la materialidad de lo real, entramos más decididos a la fantasía, al contacto con "la naturaleza de la bestia".

Extrañamos Melmac, ese planeta de pertenencia donde no teníamos que explicar nada, donde nos entendían los chistes, donde respetaban nuestros silencios.

Este es un relato chispeante y luminoso sobre algunos encuentros alienígenas, sobre la soledad de la infancia, y sobre el modo en que festejan las criaturas extrañas cuando encuentran compañía.

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Costumbres de otro planeta, un libro para la generación que creció con Alf.

Hace unas semanas llegó a mis manos Costumbres de otro planeta de Maia Debowicz, editado por Muchas Nueces. Nunca vi un solo capítulo de Alf...